martes, 11 de noviembre de 2008

Modelo de análisis Semióticos según los autores:

Modelo de análisis Semióticos según los autores:
Umberto Eco y Roland Barther

El libro La estructura ausente, de Umberto Eco, nos proporciona los elementos fundamentales para el análisis de la comunicación sobre la base de “códigos” que están ya dados en la estructura visivo-verbal del mensaje y que son comunes tanto a la transmisión del mensaje, como a su descodificación por el receptor o espectador.


Registro visual o imágenes contenidas en el anuncio.Las denotaciones de la imagen surgen de la descripción de aquellos objetos o personas que objetivamente están presentes; todos los elementos que podemos nombrar con sus características. En cambio las connotaciones son las sugerencias, las asociaciones que la imagen propician dentro de un contexto cultural específico; son las ideas que surgen a partir de lo observado: es bello, tiene prestigio, es agradable, es cálido, es amistoso, en suma, el significado cultural de la imagen, lo que la trasciende sin dejar de pertenecerle.

Registro verbal o mensaje escrito.Todas las palabras del anuncio. La función es la de confirmar o anclar lo que ya la imagen nos había dicho. Función de relevo remita más a la imagen para completarlo (a).

Relaciones entre los dos registros.
El registro verbal fija simplemente los significados que se desprenden del registro visual. Por tanto, es redundante en relación con la imagen (qué tanto depende de los símbolos insertos, el sentido que tomen al observar la imagen o parte de la imagen).
A propósito de la comunicación visual, podemos identificar en ella 5 niveles de codificación:

Nivel Icónico: una codificación de los signos icónicos corresponde al estudio retórico de la publicidad.

Nivel iconográfico: Tenemos dos tipos de codificación. Una de carácter “histórico”, para la cual la comunicación publicitaria utiliza configuraciones que en términos de la iconografía clásica remiten a significados convencionales. La otra es de tipo publicitario. La costumbre publicitaria ha puesto en circulación unos iconogramas convencionales. Un iconograma (como una configuración icónica) no es nunca un singo, sino un enunciado icónico.

Nivel tropológico: Comprende los equivalentes visuales de los tropos verbales. El tropo puede ser inusual y revestir un valor estético, o bien puede ser una traducción visual exacta de la metáfora que ha pasado al uso común, hasta el extremo que resulta inadvertida.

Nivel tópico: Comprende, ya el sector de las llamadas premisas, ya el de los lugares argumentales, o topoi, que se hallaban en las rúbricas generales sobre las cuales se reunían grupos de argumentaciones posibles. Una codificación de los topoi visuales podría comportar las posibles clasificaciones de las traducciones visuales de los topoi verbales: pero lo que emerge en primer lugar en una primera ojeada al lenguaje visual es la existencia de iconogramas que en su origen connotan un campo tópico, es decir que evocan por convención una premisa o un conjunto de premisas, de una manera elíptica, como si se tratara de una sigla convencional.

Nivel entimémico: Debería comportar la articulación de verdaderas argumentaciones visuales. A causa de la polivalencia típica de la imagen y de la necesidad de referirla a un razonamiento verbal, la argumentación retórica verdadera se desarrolla únicamente en el texto verbal o por la acción recíproca entre el registro verbal y el visual.

Roland Barthes
Es el primero en realizar un análisis semiótico con cierta entidad, recogido en su obra Rétorique de l`image (1964). Aunque sus premisas están aún impregnadas por un gran lingüisticismo, Barthes sostiene que aunque la imagen no posea la doble articulación, es evidente que ésta cuenta con un contenido significativo, a pesar de que sólo pueda ser observada como un analogoon indescomponible y señala que este contenido debe analizarse en tres niveles:

Nivel lingüístico,
Nivel icónico literal o denotado
Nivel icónico simbólico o connotado.

Añade además que la articulación del sentido de la imagen se genera a partir de la interconexión significativa de los elementos, pues para Barthes la imagen es enormemente polisémica, ya que acoge una cadena de significados posibles, ante los que el receptor puede actualizar algunos y rechazar otros. Sin embargo, el texto aparece en el mensaje publicitario para fijar su verdadero sentido y corregir toda esa suerte ambivalente que soporta la imagen. Asimismo, propone que el estudio de la imagen “sólo podrá constituirse a través de un amplio inventario retórico, pero se puede prever desde ahora que en él se encontrarán algunas de las figuras descubiertas en otro tiempo por los antiguos clásicos”

Denotación y Connotación. Los semióticos suelen hacer una distinción analítica entre dos tipos de significados respecto a su referente. Muchos de ellos definen significado en términos de las asociaciones denotativas y connotativas producidas en un lector al decodificar un texto
La denotación tiende a ser descrita como la definición literal, obvia o del sentido común del significado de un signo, mientras que la connotación se refiere a las asociaciones personales y socio culturales, como son las ideológicas y emocionales.

Ambas distinciones involucran el uso de códigos aprendidos socializados, nos ilustra en el pensamiento divergente frente a los alcances de ambas nociones, ya que sobre el tema los semióticos estructurales enfatizan la relativa arbitrariedad de los significantes, mientras que los llamados semióticos sociales enfatizan la diversidad de la interpretación y la importancia del contexto histórico y cultural, no aceptando fácilmente la idea de un sentido literal. Entonces nos quedamos con la solución de que la denotación que produce un significante respecto a su significado involucra un consenso amplio en los sentidos posibles.

Nos dice". Roland Barthes (en ídem) nos aclara ambas nociones al adoptar la noción de que existen diferentes órdenes de significación o niveles de significado. El primer orden de significación es justamente la de la denotación, en cuyo nivel existe un signo que consiste de un significante y un significado.

La connotación es una significación de segundo orden que usa al signo denotativo (o sea con significante y significado) como su significante, al que luego se le asocia un significado adicional.
La distinción de Barthes considera a la connotación como un signo que se deriva del significante de un signo denotativo, de forma tal que la denotación nos lleva a una cadena de connotaciones. Esto nos sugiere una idea controversial entre los semióticos, y que la denotación es un significado tanto subyacente como primario, pero nosotros evitaremos extendernos en esta discusión y nos quedaremos con la idea de que el significante o el significado dependen enteramente en el nivel en que opera el análisis, entonces lo que es significado en un nivel puede ser un significante en otro.

No es que la semiótica sea una aproximación relativista en sí, sino que la problemática del signo es compleja. Debemos recordar siguiendo esta teoría del signo de que los cambios en la forma del significante pueden generar distintas connotaciones. Por ejemplo, sabemos por experiencia propia que los cambios de estilo o tono en el discurso involucra diferentes connotaciones, así como el uso de distintas letras y énfasis tipográficos (como estas cursivas), el uso de distintos focos al sacar una fotografía. De cualquier forma las connotaciones no parecen derivarse del signo mismo, sino de la forma en que la sociedad usa y valora tanto al significado como el significante. La elección de las palabras connotan, el auto connota libertad y virilidad en la cultura occidental, la metáfora y la metonimia (términos retóricos que explicaremos más adelante) involucran a la connotación.

En síntesis, la definición de la connotación de un signo bien puede ser el set de posibles sentidos o significados, mientras que la denotación sería tal vez la más estable y aparentemente verificable de las connotaciones. Si el signo es algo que se antepone en vez de otra, interpretado por un observador, podemos afirmar que el signo siempre connota, y tal vez la denotación sea sólo la connotación dominante que llega a ser vista como el verdadero significado de un texto.
El término denotación es ampliamente equiparado con el significado literal de un signo: porque el significado literal es casi universalmente reconocido, especialmente cuando se emplea el discurso visual, la denotación ha sido a menudo confundida con la transcripción literal de "realidad" en el lenguaje –y como tal confundida con un "signo natural"- uno producido sin la intervención de un código. Connotación, por otra parte, es empleado simplemente para referirse a significados asociativos, no fijos y por lo tanto más convencionalizados y cambiables, que claramente varían de instancia a instancia y por lo tanto dependen de la intervención de códigos.
Relacionado con la connotación está lo que Barthes refiere como un mito o ideología, que es un tercer orden de significación formado por la denotación y la connotación, ambos también órdenes de significación. El uso semiótico del término mito se aleja del uso popular como creencias demostrablemente falsas. Esta concepción de mito es arbitraria con respecto a sus referentes, así como culturalmente específica. Estos mitos culturales expresan y sirven para organizar formas compartidas de conceptualizar algo, sirviendo para la función ideológica de la naturalización. El poder de tales mitos es que van incluidos en el mensaje sin ser notados, llegando al extremo de poder esconder una realidad el trabajo semiótico dentro de un texto o código. Las denotaciones pasan a ser tan verdaderas que los signos parecen ser cosas en sí mismas. El mito de esta forma transforma los signos sociales en hechos.

Ahora bien, el análisis semiótico de los mitos culturales involucra un intento de de-construir las formas en que los códigos operan dentro de textos populares o géneros, con el fin de revelar como ciertos valores, actitudes o creencias son reforzados, mientras otros son suprimidos. Una tarea de "desnaturalización" que los semióticos consideran problemática cuando el analista pertenece a la misma cultura.


Fuentes
www.nombrefalso.com.ar/index.php?pag=32 - 73k
rorros07.blogspot.com/2007/06/modelo-de-anlisis-estructural-de-los.html - 55k